Belgrano
"M": los manteros copan las veredas del barrio
LA
NACION - MIÉRCOLES 04 DE NOVIEMBRE DE 2015
Caminar por la
avenida Cabildo, especialmente desde Sucre hasta Monroe, se torna difícil. Los
vendedores ilegales ocupan las veredas con grandes mantas que extienden en el
suelo; otros, más organizados, improvisan mesas con cajas y maderas. Instalados
en la puerta de comercios que pagan alquiler, impuestos, cargas sociales y
sueldos en blanco, exhiben la mercadería que venden a precios más bajos. La
actividad se incrementa los fines de semana y feriados.
Al igual que en
otros puntos de la Capital, en Belgrano el expendiO ilegal va en aumento y
degrada al barrio. Según un informe de la Federación de Comercio e Industria de
la ciudad de Buenos Aires (FECOBA), en
octubre se contabilizaron 219 puestos de manteros sobre Cabildo, 16 más que el
mes anterior. Sobre Juramento y en el Barrio Chino suman 85.
"Se está degradando Cabildo. Se está convirtiendo en Avellaneda (la avenida de Flores que fue
copada por la venta callejera)", afirmó Gustavo Acevedo, presidente de la
junta de la comuna 13.
Tanto para el
funcionario como para los comerciantes, las instituciones no cumplen con su
deber de controlar y erradicar estas prácticas.
"Es todo
robado o trucho. La policía y el gobierno de la ciudad son cómplices; no los
sacan", se quejó Marcelo Firenze, que atiende un local de blanquería sobre
la avenida Cabildo.
Si bien la
actividad ilegal no alcanza la magnitud que muestra en la zona de Once y la
avenida Avellaneda que, con 1790 y 1357 puestos, respectivamente, encabezan el
ranking de la venta callejera, en Belgrano la situación empeora con el
transcurso de los meses.
"La comisaría
33» de la Policía Federal no hace cumplir la ley de marcas ni el Código
Contravencional de la ciudad, que castiga la ocupación del espacio público; nos
sentimos muy desprotegidos", agregó Acevedo, el presidente de la junta de
la comuna 13, que abarca Belgrano, Colegiales y Núñez.
El funcionario
comentó, con preo-cupación, que en cuatro oportunidades inspectores locales
terminaron en la comisaría cuando cumplían con sus tareas. "Curiosamente,
cuando salimos a trabajar siempre hay alguien que agrede físicamente a nuestros
inspectores. Los trasladan a los inspectores junto con el agresor", dijo.
Por denunciar
estas anomalías, Acevedo -denunció- sufrió amenazas de muerte en tres
ocasiones.
Múltiples
actores
Marcia Hashiba, presidenta de la Agrupación de Centros
Comerciales de la comuna 13, explicó que en la problemática confluyen varios
actores. "Uno es el mantero, que está en la calle explotado por las
organizaciones mafiosas", indicó. Esas organizaciones, otro de los puntos
conflictivos, son las que distribuyen la mercadería y alquilan los espacios.
"Hacen creer a los vendedores que están trabajando, pero se trata de una
actividad ilegal, no tienen jubilación ni obra social", recordó.
En tercer lugar, remarcó la necesidad de que los
clientes tomen conciencia. "Cuando vos comprás una cosa trucha está
manchada de sangre, porque atrás hubo un robo, un asalto o una muerte",
opinó.
La agrupación sectorial realizó varias denuncias en
la Unidad Norte de la Fiscalía General de la ciudad y pidió que se adopten las
medidas necesarias para terminar con la venta ilegal.
Paralelamente, 92
vecinos elevaron un petitorio para que se erradique de la zona a los manteros.
LA NACIÓN pudo ver
cómo se provee a los puesteros de la mercadería para la venta. Los artículos
llegan en utilitarios Kangoo, que se estacionan sobre Cabildo o en las calles
laterales. Los vendedores, junto con otras personas, bajan la mercadería, en
bolsos o suelta. Algunos de esos vehículos quedan estacionados, otros no. Los
vecinos tienen las patentes agendadas: CSG 178 y LCM 308.
Lugares
reservados
Los puestos tienen
lugares fijos. Por ejemplo, desde hace unos seis años en Sucre y Cabildo se
instalan "los Márquez", según señalan varios vecinos que no quieren dar
su nombre por temor. Allí "venden ropa, repasadores y ahora también
almohadones y mantas. Les va muy bien", añadió Acevedo.
En Cabildo y
Blanco Encalada convive, junto con las mantas de ropa, un puesto de salamines y
quesos que está desde la mañana hasta la tarde. Los alimentos están al aire
libre, al sol, sin ningún tipo de cuidado bromatológico. Ni un papel envuelve
los quesos.
Explotar una manta
en la zona tiene, al igual que en otros puntos de la ciudad, distintos precios.
"Cada uno tiene su calladito (su arreglo); unos más, otros menos",
confió una mantera, que vende medias falsificadas compradas en La Salada.
Otra contó que
ella paga $ 100 por día para estar en su lugar. "Con eso arreglan con la
brigada; es lo que me dicen. Ni la policía ni nadie me molesta", explicó.
Ninguna quiso identificarse; dijeron que tienen miedo.
Los ambulantes
roban clientes al comercio formal. "Afecta mucho a las ventas y al
tránsito; vienen con sus vehículos y los dejan estacionados en cualquier lado.
Pero están arreglados con la policía, eso lo sabemos todos acá", sostuvo
la encargada de un local de ropa. "Estoy hace 18 años en este lugar, los
conozco a todos y prefiero no dar mi nombre", se justificó.
Voceros de la
fiscalía de la ciudad explicaron que, a partir de las denuncias recibidas, se
están realizando las investigaciones pertinentes. "Se pidieron medidas de
prueba a la Policía Metropolitana y hay importantes avances. La idea no es ir
contra el puestero, sino sobre la organización que está detrás. Queremos llegar
a los cabecillas", aseguraron.
El gobierno de la
ciudad no efectuó declaraciones sobre el caso particular de la venta callejera
en Belgrano, pero habitualmente señala dificultades para combatir a los
manteros porque no cuenta con la colaboración de la Policía Federal.
Consultados, voceros
del Ministerio de Seguridad de la Nación, del que depende la Policía Federal,
se negaron a responder las acusaciones vecinales contra la comisaría 33» por la
presunta connivencia con los manteros.
La inseguridad
también golpea a los vecinos
El incremento de
vendedores en el espacio público trajo aparejado, según los vecinos y los
comerciantes del entorno de la avenida Cabildo, el crecimiento del delito.
"No podés caminar en Belgrano por la vía pública; vas y te marcan los
punguistas", dijo Gustavo Acevedo, presidente de la junta de la comuna 13.
Aseguró que por la zona hay cada vez más carteristas y mecheras (mujeres que
roban mercadería en los locales y la ocultan entre la ropa o dentro de un
bolso).
Otro vecino, que por
temor pidió ser identificado sólo como Alberto, dijo que existen además lugares
fijos en donde se venden drogas. "En la plaza que está frente a la iglesia
La Redonda hay un tipo que hace de enlace; ése engancha a los pibes y los manda
directamente a los dealers, que están en la escalinata de la iglesia",
describió. "Además, vas caminando y te roban a cualquier hora; incluso a
los chicos a la salida de los colegios. Esto antes no pasaba", agregó.
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