Vecinos
y comerciantes, contra una feria del Mercado Central
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Problemas urbanos
Quieren instalar una sucursal del centro
de abastecimiento en Crámer 475. Pero el Código de Planeamiento lo prohíbe.
Temen por el movimiento de camiones y que afecte al barrio residencial.
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Pablo Novillo
El intento de abrir una sucursal
del Mercado Central en Colegiales volvió a despertar el rechazo de los vecinos.
El Gobierno porteño tuvo que clausurar por segunda vez el
predio donde las autoridades del centro de abastecimiento pretenden abrir una feria para vender alimentos a precios
reducidos. Los vecinos y comerciantes aseguran que, además de que ese
establecimiento sería un problema para el barrio, la ley impide expresamente
que lo instalen.
El
conflicto comenzó en junio, cuando autoridades del Mercado Central intentaron
construir una sucursal en un galpón que
queda en Cramer 475. Es una construcción dentro de un predio triangular
limitado por Cramer, Olleros, la vía del ferrocarril Mitre y la calle Jorge
Newbery. Como otros terrenos ferroviarios, depende de la Agencia de
Administración de Bienes del Estado, quien le dio un permiso al Mercado Central
para montar la feria allí para vender hasta un 70% más
barato que en los comercios
comunes. Es un plan encabezado Alberto Samid, el empresario de la carne y
vicepresidente del Mercado Central, que busca abrir 40 de estos establecimientos
en todo el país, con la idea de combatir la inflación.
Pero por
más que el terreno elegido sea propiedad del Estado, la decisión sobre qué uso
se le puede dar le corresponde a la Legislatura porteña. Es que el Código de
Planeamiento Urbano define a esa parcela con la zonificación Urbanización
Futura: por eso la instalación de un mercado está prohibida. Para que fuera
autorizada, debería sancionarse una ley, luego una audiencia
pública y finalmente llegar a
una segunda votación, proceso que demoraría varios meses. Por lo pronto, en la
Legislatura informaron que por ahora no existe ningún proyecto en este sentido.
Cuando
intentaron comenzar la construcción, el 13 de junio la Agencia Gubernamental de
Control (AGC) clausuró la obra por “falta de planos registrados”. El problema
no terminó allí: “El sábado pasado entraron de nuevo, decían que la clausura se
había levantado y que tenían un plano aprobado, lo que es imposible porque no
lo permite la ley. Hicimos denuncias por violación de clausura y el Gobierno
volvió a cerrarlos”, aseguró un vecino, que prefirió no dar su nombre.
Efectivamente, la AGC clausuró por segunda vez el predio el lunes. Además, los
vecinos presentaron cuatro denuncias por violación de clausura ante el Ministerio Público Fiscal
porteño.
El predio
carece de habilitación, pero si eventualmente, fruto de algún acuerdo político
en la Legislatura, se permitiera construir la feria, para los vecinos sería un
problema. Esa zona de Colegiales es residencial, de construcciones bajas, y con una
infraestructura vial que acaso no esté preparada para recibir un intenso
movimiento de camiones. De hecho, hasta podría ser peligroso para la seguridad
vial, porque en los alrededores del predio hay cinco escuelas.
De hecho,
uno de esos establecimientos educativos, la “Escuela del Sol”, le envió una
nota al Ministerio de Educación porteño en el que le pidió “su pronta
intervención a efectos de reclamar a las autoridades correspondientes el
estricto cumplimiento de dichas normas que de continuar estarían violando el
Código Urbano de nuestra ciudad”.
La
sucursal del Mercado Central también despertó otro enojo: la Cámara Argentina
de Comercio manifestó su rechazo al proyecto porque, entre otras cosas, “la
zona ya cuenta con tres ferias itinerantes, y no ha sido efectuada una
evaluación del impacto ambiental que generaría el funcionamiento de una
actividad de estas características”. En tanto, la Confederación Argentina de la
Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de Buenos Aires
(FECOBA) iniciaron una campaña de afiches en el barrio denunciando que el
Mercado Central no pagaría impuestos, no tendría ningún tipo de control y
terminaría destruyendo al comercio barrial.
¿Qué dicen
en el Mercado Central? El vicepresidnete Alberto Samid le respondió a Clarín:
“los temas de papeles se pueden arreglar, acá el problema es que no quieren que
le llevemos a la gente la mercadería a un 30% de lo que le cobran en otros
lados. La gente no llega a fin de mes, eso es lo importante, pero nos ponen trabas.
Igual vamos a seguir trabajando, estamos viendo otros lugares en la Ciudad”.
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El predio es un triangulo ubicado en Cramer, entre
Lacroze y Newberry. Tiene un galpón de 900 m2 con mas de 30 locales / stands,
estacionamiento para camiones y autos.
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